martes, 28 de abril de 2009

En los durmientes te oculté,
entre enanos te perdí,
con gigantes te cacé.
Hacia el bosque corrían
bellas ventanas del tren de pasajeros.
Cerraduras o párpados interiores,
Protegidos de tus ojos,
bajo párpados externos.
Inténtalo, ahí, ruta de tren nocturno,
Ahí se me figuró ver a un corcel,
darle un tiro certero entre los ojos en blanco
sin hadas que en ese momento degrafitteaban los árboles del bosque