lunes, 8 de marzo de 2010


Cuento para una mujer.

Esta es la historia de 3 hombres. 3 señores. Que posan para la foto que les tomé el día del santo del primero de ellos (el que está a la izquierda). Un hombre bueno, que sin embargo alquiló a una niña casi, asustadísima, que yo vi y silencié por miedo. Casi estoy segura de haber sido cómplice y me perdono y absuelvo, porque así soy de cínica y feliz. Pero triste por aquella chica. Yo tenía en la barriga a mi niño y este hombre era el padre. Hacer literatura me hiperboliza el cerebro. Entonces me enamoró a base de regalos baratos, pero cuando me llevó serenata, después de llevársela a mi rival su esposa, ya estaba el niño en mí. Canta bonito. La mujer lo corrió ese día pero no era la primera vez que lo corría. Con la frente marchita.

El segundo, no hay mucho que decir de un rico, lo del camello está muy malo y choteado. Éste segundo tiene abrazado al tercero. Su sobrino. El segundo está orgulloso, es el más macho de todos. Quiso morderme y me empotró contra la pared de su oficina, el niño en mí, el tío el padre, el rico abrazado por este sinvergüenza. Me le escapé, pero me lastimó y mentí. Dije, me descalabré con un árbol. Me gusta este tercero pero ya es demasiado tarde. Es joven, no como los otros dos y tiene un bigote muy atractivo, tamaño grande según el kamasutra, no sé.
Voy a averiguarlo.